Ciento cincuenta ballenas piloto de aleta fina, tras quedar varadas en la costa occidental de Australia, fueron devueltas al mar, aunque lamentablemente treinta y una perdieron la vida en la orilla.
Ian Wiese, un investigador que se unió como voluntario en el esfuerzo de rescate en Toby’s Inlet, cerca de la localidad turística de Dunsborough, Australia Occidental, describió la situación como asombrosa. Más de 200 ballenas estaban varadas inicialmente, con 31 fallecimientos registrados. Sin embargo, el resto pudo ser devuelto al mar, gracias a la ayuda de cientos de voluntarios que se aseguraron de que pudieran respirar y calmarse antes de regresar al agua.
Aunque el Departamento de Biodiversidad, Conservación y Lugares de Interés (DBCA) aún no ha confirmado oficialmente los rescates, los informes preliminares indican que veintiséis ballenas murieron, mientras que otras veinte estaban a una distancia de aproximadamente 1.5 kilómetros de la costa, y otras ciento diez se encontraban más cerca de la playa.
Pia Courtis, encargada regional de vida silvestre, señaló que el grupo de ciento diez ballenas estaba cerca de la costa y podría acercarse más. Courtis lamentó que, por desgracia, cuando las ballenas quedan varadas, el desenlace suele ser fatal para muchos de estos majestuosos animales.
Las razones exactas de este comportamiento siguen siendo desconocidas para los científicos, aunque especulan que la topografía de las playas, junto con la interferencia humana, como los ruidos submarinos, podrían estar contribuyendo al fenómeno. Otras teorías incluyen la evasión de depredadores o la posible seguimiento de un líder enfermo hacia la costa.
