Un individuo encontró su trágico final al prenderse fuego el viernes en las inmediaciones del tribunal de Nueva York, justo mientras se llevaba a cabo el transcendental juicio contra Donald Trump por acusaciones de soborno. Este incidente se produjo al concluir el proceso de selección del jurado, aunque las autoridades han enfatizado que el individuo no tenía como blanco específico al ex presidente Trump.
El hombre ardió ante las cámaras de televisión ubicadas en las afueras del tribunal, donde se está llevando a cabo el primer juicio penal contra un ex presidente en la historia de Estados Unidos.
Un portavoz de la policía de Nueva York comunicó que el hombre fue declarado fallecido durante la noche en un hospital. En un principio, se había informado que se encontraba en estado crítico.
Testigos presenciales relataron que el hombre, de unos 30 años aproximadamente, sacó folletos de una mochila y los esparció antes de rociarse con un líquido inflamable y prenderse fuego. Uno de estos folletos hacía mención a los “malvados multimillonarios”, aunque las partes visibles para un testigo de Reuters no mencionaban a Trump.
La policía de Nueva York identificó al hombre como Max Azzarello, residente de San Agustín, Florida, y afirmó que no parecía tener como objetivo a Trump ni a otras personas relacionadas con el juicio. Durante una conferencia de prensa, Tarik Sheppard, comisionado de policía adjunto, lo describió como “una especie de teórico de la conspiración”.
En un manifiesto publicado en línea, una persona que utiliza el mismo nombre menciona haberse prendido fuego a sí misma y ofrece disculpas a sus amigos, testigos y a los primeros en responder. Este mensaje advierte sobre “un golpe fascista apocalíptico” y critica las criptomonedas y los políticos estadounidenses, sin señalar específicamente a Trump.
Un testigo de Reuters percibió un olor persistente a humo en la plaza tras el incidente, mientras que un oficial de policía rociaba el suelo con un extintor. Una mochila en llamas y un envase de gasolina eran visibles en el lugar.
El tribunal en el centro de Manhattan, custodiado por una fuerte presencia policial, ha atraído a una multitud de manifestantes y curiosos desde el primer día del juicio, aunque la cantidad de personas ha disminuido con el paso del tiempo.
