Desde el pasado miércoles 15 de noviembre, el sur de Florida se ve azotado por precipitaciones torrenciales que han desencadenado inundaciones en múltiples áreas, especialmente en los condados de Miami-Dade y Broward, según informes locales.
El Servicio Nacional de Meteorología en Miami ha emitido una nueva alerta por vientos de alta intensidad en los condados costeros de Miami-Dade, Broward y Palm Beach. Esta advertencia, programada hasta las 2 de la tarde, señala la posibilidad de ráfagas que podrían alcanzar los 60 mph. Asimismo, se ha lanzado una notificación de tormenta para la región marítima del Atlántico, anticipando ráfagas marinas entre 90 y 111 km/h, según se menciona en la cuenta de la red social @NWSMiami.
Las autoridades mantienen una vigilancia constante en las áreas costeras y en aquellos lugares susceptibles a inundaciones en el condado de Miami-Dade, especialmente en lugares como Brickell y la Bahía de Biscayne.
En el Aeropuerto Internacional de Miami, las precipitaciones han alcanzado 7,5 pulgadas (19 centímetros), superando el récord histórico de 3,41 pulgadas (8 centímetros) establecido en 1994.
Entre las localidades más impactadas en Miami-Dade se encuentran Miami, Hialeah y Miami Beach, mientras que en Broward, Fort Lauderdale y Hollywood han sido especialmente afectadas. Estos eventos climáticos han ocasionado el cierre de negocios y la inundación de calles, lo que ha obstaculizado la movilidad y ha perturbado la cotidianidad de los residentes.
Varios afectados fueron entrevistados por Telemundo 51, compartiendo sus vivencias. Steven Getchell, residente de Broward, mencionó: “En apenas 30 minutos, la calle quedó sumergida por completo”. Otras personas, como King, relataron largos períodos de espera por asistencia y la difícil búsqueda de rutas seguras durante la emergencia.
En Miami-Dade, zonas como Brickell y la Bahía de Biscayne permanecen bajo una observación especial debido a su fragilidad ante estas condiciones climáticas.
El ámbito educativo también ha sido afectado, con la cancelación de actividades escolares tanto en Broward como en Miami-Dade. Se sigue de cerca la situación sin anunciar medidas drásticas por el momento.
A pesar de que el Centro Nacional de Huracanes (NHC) ha atribuido solo un 10% de posibilidades a la situación actual de evolucionar hacia una tormenta tropical o subtropical, las condiciones climáticas adversas persisten. Las mareas altas incrementan el riesgo de inundaciones costeras en los próximos días.
Se pronostica que las lluvias disminuirán hacia la segunda mitad del jueves 16, aunque el proceso de drenaje para eliminar el agua acumulada tomará su tiempo. Mientras tanto, el sur de Florida se mantiene en alerta, afrontando las secuelas de un fenómeno climático sin precedentes en la región.
