El viernes pasado, Chile se despidió de Sebastián Piñera con un funeral de Estado emotivo y solemne, honrando al expresidente fallecido en un trágico accidente aéreo en el sur del país el martes anterior.
El tributo comenzó con una ovación y la entonación del himno nacional en la histórica sede del Congreso Nacional en Santiago.
El presidente del Senado, Juan Antonio Coloma, elogió la figura de Piñera, destacando su legado como uno de los grandes líderes de la nación.
Además de Coloma, se esperaba que otros dignatarios, como el presidente de la Corte Suprema y los expresidentes Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Michelle Bachelet, junto con el actual presidente, Gabriel Boric, ofrecieran discursos.
La ceremonia culminó con una emotiva “guardia de honor” encabezada por Boric y los exmandatarios Bachelet y Frei Ruiz-Tagle, escoltando el ataúd de Piñera.
El expresidente Ricardo Lagos anunció su ausencia en el funeral por motivos personales.
Tras el servicio, el cortejo fúnebre se trasladó a la Catedral Metropolitana, donde se celebró una misa en memoria de Piñera. Luego, pasó por La Moneda, la sede gubernamental, para un último homenaje.
Finalmente, Piñera fue sepultado en el cementerio Parque del Recuerdo, en la cripta familiar.
Piñera, quien sirvió dos mandatos no consecutivos, era el piloto del helicóptero que se estrelló en el Lago Ranco el martes.
Miles de personas acudieron al velatorio desde el miércoles para rendir homenaje a Piñera, recordando tanto sus logros como las controversias de su mandato.