En un desarrollo tenso, el Ministerio de Defensa de Rusia anunció el miércoles la presunta destrucción de un centro de reclutamiento de mercenarios extranjeros en la ciudad de Járkov, al noreste de Ucrania. Según la versión oficial, más de 60 individuos, mayormente de nacionalidad francesa, fueron neutralizados durante el ataque, llevado a cabo el martes. La operación militar dejó el edificio que albergaba a los mercenarios completamente arrasado.
El comunicado oficial detalla que más de 60 presuntos mercenarios perdieron la vida, mientras que más de 20 fueron evacuados a instalaciones médicas para recibir atención.
En respuesta, el Ministerio de Exteriores de Francia rechazó de manera categórica las afirmaciones rusas, negando la presencia de mercenarios franceses en Ucrania o cualquier otra ubicación. A través de un comunicado local, la diplomacia francesa afirmó: “Francia no tiene mercenarios, ni en Ucrania ni en otros lugares, a diferencia de otros países. Se trata de una nueva y burda manipulación rusa”. Además, instó a no dar excesiva importancia a estas acusaciones y advirtió sobre posibles manipulaciones futuras por parte de Rusia.
En respuesta a la situación, la portavoz de la diplomacia rusa, Maria Zajarova, confirmó el jueves a la agencia rusa TASS que las autoridades rusas han convocado al embajador ruso en Moscú, Pierre Levy, como una señal de protesta ante lo ocurrido. Este incidente agrega tensiones a la ya complicada relación entre Rusia y Francia, marcando un nuevo capítulo en el escenario geopolítico actual.
