Consejos prácticos para planificar un viaje a la costa del Caribe en México.
La Riviera Maya se extiende 130 kilómetros bordeando el mar Caribe, en el estado mexicano de Quintana de Roo, desde Puerto Morelos -en la parte septentrional-, a 40 kilómetros de Cancún hasta Punta Allen -en la península de Yucatán-, a 50 kilómetros al sur de Tulum. La zona guarda auténticas maravillas en su interior.
“Todo el mundo piensa en sus hermosas playas de fina arena blanca y aguas de color turquesa y en sus fastuosos resorts de lujo”, explica Cristina Flores, guía de Civitatis. Sin embargo, “también hay que conocer los secretos de los que no se habla tanto: cenotes, selvas, reservas naturales, yacimientos mayas o experiencias”gastronómicas
Palabra de experta
-¿De dónde surge tu pasión por la Riviera Maya?
-Soy mexicana; nací en ciudad de México, pero crecí en Querétaro. Hasta los 12 años no visité por primera vez Quintana Roo, y recuerdo perfectamente estar en un acuario viendo una anémona y decirle a mi padre que algún día trabajaría allí.
Al terminar la preparatoria tuve la oportunidad de tomarme una temporada libre antes de empezar la carrera de Ciencias Naturales y conseguí hacer un voluntariado de 6 meses en Quintana Roo, que realmente marcó mi vida.
-Por lo que decís, fue como trabajar en el paraíso. ¿Qué hace única la Riviera Maya?
-La Riviera Maya comenzó como un destino de playa, como cualquier otro del Caribe. La gran diferencia vino después ya que, como he mencionado antes, no solo cuenta con hermosas playas y la segunda barrera de arrecife más grande del mundo, en la zona también se desarrolló la civilización más grande del continente antes de la llegada de los europeos.
Y estas playas están rodeadas de lugares extraordinarios como los cenotes, la selva, los humedales y una cultura viva que se personifica en los descendientes de esta gran cultura, los mayas, con su lengua, gastronomía y tradiciones milenarias.
-¿Algún consejo para quien quiera visitarla por primera vez?
-Lo primero es decidir la época del año. Lo ideal es ir entre noviembre y febrero, cuando no hace tanto calor y no son los picos de temporada alta. También hay eventos articulares que solo tienen lugar en ciertas épocas y debes organizar tu viaje según tus prioridades.
Por ejemplo, es interesante plantearte el viaje durante el equinoccio de primavera en la ciudad maya de Chichen Itzá; hacer esnórquel con tiburones ballena entre junio y septiembre; buceo con tiburones toro entre noviembre y febrero, y vivir el día de Muertos -el 2 de noviembre- que en la zona le llamamos Hanal Pixán, que se traduce como “la comida de las ánimas”.
¿Cuál es la mejor manera de moverse?
-En Riviera Maya no existen los Uber o similares. Básicamente hay transporte precontratado, taxis y transporte público. Si sos un aventurero, también podés alquilar un coche.
Al llegar al aeropuerto, si no tenés un servicio precontratado, lo mejor es tomar un autobús de la línea ADO, que significa Autobuses del Oriente, hasta Playa del Carmen. Personalmente, recomiendo la opción más ecoturística y que ayude al desarrollo económico de las empresas locales y la gente del lugar; haciendo un turismo más sostenible.
-De acuerdo, hemos llegado. ¿Qué hacemos ahora?
-Aunque suene a tópico, un solo viaje no es suficiente. Nunca acabás de descubrirlo del todo. Cuando me preguntan qué es lo más imprescindible de la Riviera Maya, siempre respondo que, como mínimo, hay tres cosas fundamentales: alguna ruina maya, algún cenote y, por supuesto, la barrera de arrecife.
Ahora bien, sobre estas tres cosas hay una variedad infinita de opciones. Y si tenés la oportunidad, mi consejo sería visitar alguna de sus islas, entre las que destaco Cozumel, Isla Mujeres, Contoy o Holbox.
-¿Qué lugares concretos recomendarías?
-Sin duda, las ruinas de Tulum. La vista de la ciudad amurallada sobre un acantilado frente al mar Caribe es un espectáculo para los sentidos. Después no hay que perderse la visita a un cenote cerrado, que es de los más jóvenes, suele ser circular y está cubierto por una bóveda con algún resquicio por donde penetran los rayos del sol.
-Para quien no lo sepa, ¿qué son los cenotes?
-Son cavernas profundas formadas por el colapso total o parcial de diferentes capas de terreno que se inundaron, formando impresionantes pozos de agua cristalina. Eran y siguen siendo lugares sagrados para los mayas.
Creían que era una forma de conectar con el inframundo. En México, lo bueno es que se puede entrar en ellos, visitarlos y bucear. El agua es fresca, no supera de media, los 25 grados, y es un placer.
-¿Qué cenote recomendás para bucear?
-Hay muchos y muy diferentes, como el Gran Cenote, el Jardín del Edén, el Pit, Tajma ha y Carwash. Pero uno de los más llamativos es el Dos Ojos, a unos 20 kilómetros de Tulum, un paraíso del buceo en cavernas. Se trata de 3 cuevas conectadas a través de ríos subterráneos.
-¿Qué más sugerís?
-Otra experiencia ineludible es practicar el esnórquel con tiburones ballena. Se puede hacer desde junio a mediados de septiembre. Nadar junto al pez más grande del mundo, que puede alcanzar los 10 metros de largo, es una sensación inigualable. Sientes su majestuosidad, su calma y su paz, algo inenarrable.
También aconsejo visitar la Quinta Avenida de Playa del Carmen, donde se concentra la vida urbana, las tiendas y restaurantes, y es un paseo muy agradable a lo largo de cinco kilómetros de calle peatonal.
-¿Y algo más aventurero?
-Las ruinas de Cobá, junto con al parque nacional de la reserva del mono araña, es una excelente excursión donde podrás encontrar de todo: caminatas, tirolesas, rápel, canoas en la laguna… Observar a los monos araña y los monos aulladores en su hábitat es una maravilla.
La zona arqueológica de Cobá, en plena selva, es pura magia, especialmente la pirámide de Nohoch Mul, de 42 metros de altura. Es la pirámide más alta de la península de Yucatán y a la que, antes de la pandemia, era posible subir para obtener una increíble vista de la selva mexicana.
Si visitas cualquier ruina arqueológica de la civilización maya, mi consejo es hacer una visita guiada para poder tener una buena interpretación de lo qué es y su significado esencial.
-Lo cierto es que suena muy bien…
-Pero hay mucho más, como las ruinas de Chichen Itzá, Isla Contoy, Isla Holbox, Cozumel… Aunque no tan conocidas, yo recomendaría ir a las ruinas de Muyil y la reserva de la biosfera de Sian Ka’an, que está a 20 kilómetros al sur de Tulum. Se trata de restos del periodo clásico rodeados de selva alta y humedales donde se puede ver gran cantidad de aves acuáticas residentes y migratorias.
Desde Muyil es posible contratar una visita en lancha a los canales de agua cristalina de la reserva de la biosfera, rodeados de manglares y plantas epifitas, pequeñas ruinas y mucha fauna.
-¿Es posible conocer alguna comunidad maya?
-Por supuesto, y es una experiencia que no debe faltar. Es la mejor actividad cultural en esta región. Ver cómo viven, probar su comida hecha en casa, como tortillas a mano, frijoles, huevo con chaya, etcétera.
Si tenés la posibilidad de coincidir en una noche del Día de Muertos en alguna de estas comunidades mayas, comprobarás la manera en que los mexicanos vemos la muerte, la respetamos, la burlamos y, de alguna forma, la celebramos, sabiendo que es lo único seguro en esta vida, y que no es mala, sino un simple paso. Algo que en todos mis viajes he encontrado único.
-Vamos a lo práctico ¿dónde puedo buscar alojamiento?
-Lo más conveniente es hospedarse en Playa del Carmen. Dependiendo el tipo de viaje que quieras hacer, encontrarás desde grandes resorts con todo incluido a hoteles boutique, hostales, alquileres vacacionales, e incluso posadas. Todo depende de los gustos de cada uno.
Yo soy partidaria de los pequeños hoteles y alquileres vacacionales que te ofrecen la oportunidad de conocer mejor el lugar, su gente, su vida. El centro de la ciudad, junto con su famosa Quinta Avenida, se puede recorrer caminando o en una bicicleta.
Además, Playa del Carmen es, por su posición geográfica, el mejor punto de partida para gran parte de las excursiones, puesto que implicarán menos recorrido por carretera.
-En cuanto a la gastronomía. ¿Qué debería probar?
-Hay comida para todos los paladares, desde alta cocina, hasta tacos callejeros. Entre mis predilectos está el sashimi de atún del Doctorcito, las tostadas atún caramelo de Las Hijas de la tostada, la comida regional, cochinita y relleno negro.
Abundan los restaurantes italianos y argentinos y en casi todas partes disponen de platillos veganos, gluten free y vegetarianos.
De los lugares emblemáticos de Playa del Carmen destacaría La Cueva del Chango, famoso por sus desayunos. Pero, personalmente, en su menú de cena me encanta la crema de chile habanero. Para platillos regionales, está Amate 38, excelente en calidad-precio. Para tacos de pescados y mariscos, El Oasis.
-¿Y por la noche?
-No hay que perderse el parque Xcaret, una muestra de la rica cultura de México, no solo de la región. Un cementerio mexicano, una réplica de un poblado maya, fiestas, ríos subterráneos y la auténtica cocina mexicana. Casi todo está concentrado allí.
Cuenta, además, cuando llega la noche, con un show lleno de luz y energía en el que participan más de 300 actores y que resulta ser un viaje musical a través de la historia, desde los tiempos prehispánicos hasta la actualidad. Es ideal para ir en familia.
-Como inspiración para futuros viajeros, ¿algún libro o película interesante?
-Por supuesto. El imprescindible es El Gran Acuífero Maya, un programa de investigación y divulgación de National Geographic liderado por el arqueólogo y buzo de cuevas Guillermo de Anda, basado en la relación biológica, geológica, arqueológica y sociológica del sistema de cuevas inundadas más grande del mundo.
Con ello se entenderá la importancia de este sistema en todos los aspectos y el valor de conocerlo y conservarlo. Este tema ocupa numerosos artículos, ediciones especiales y programas de la famosa Natgeo.
