Navegar por las calles y avenidas de Tulum se ha vuelto un desafío cada vez más complicado. Resulta innegable que Diego Castañón Trejo, el actual líder municipal, parece estar ajeno a las acciones poco prácticas que su administración está llevando a cabo, las cuales impactan tanto a los residentes locales como a los turistas.
El panorama de movilidad en esta ciudad está en constante caos. La idea de renovar vías principales en el corazón de Tulum ha conducido a una reducción drástica del espacio para el tránsito de vehículos, limitando la circulación a un solo automóvil a la vez. Alarmantemente, estas obras parecen prolongarse sin un final cercano a la vista.
Los espacios destinados para la vegetación y la belleza urbana están siendo utilizados como depósitos de desechos, y para empeorar la situación, los cables eléctricos quedan expuestos en las aceras, presentando un riesgo evidente de accidentes para los peatones.
La falta de previsión en las decisiones sobre la rehabilitación de las vías y el descuido manifiesto en áreas públicas en Tulum están generando un entorno de movilidad congestionada y peligrosamente ineficiente para todos los involucrados en la ciudad.