Con una emotiva ceremonia cívica en la ciudad de Chetumal, se conmemoró el 127º aniversario del natalicio de Javier Rojo Gómez, distinguido exgobernador del Territorio Federal de Quintana Roo. El evento, organizado por el Gobierno del Estado a través de la Secretaría de Finanzas y Planeación, tuvo lugar junto al imponente monumento erigido en su honor.
Javier Rojo Gómez, destacado jurista y político mexicano, vio la luz por primera vez el 28 de junio de 1896 en Huichapan, Hidalgo. Designado gobernador del Territorio Federal de Quintana Roo en 1967 por el presidente Gustavo Díaz Ordaz, su liderazgo fue posteriormente ratificado por el presidente Luis Echeverría Álvarez. Su legado se vio truncado el 31 de diciembre de 1970, cuando falleció en la Ciudad de México.
Sin embargo, su mensaje motivador ha perdurado a través del tiempo: “Es nuestro deber y derecho que Quintana Roo destaque como uno de los lugares más prósperos de nuestra nación. Este objetivo puede alcanzarse fácilmente si logramos infundir entusiasmo y fe en los destinos más elevados de nuestro pueblo”.
En representación de la gobernadora Mara Lezama Espinosa, el acto conmemorativo fue encabezado por José Luis Martín Lavadores Montero, Subsecretario de Educación Básica de la Secretaría de Educación en Quintana Roo. El evento contó con la presencia de distinguidas autoridades civiles y militares de los tres niveles de gobierno, quienes se unieron para rendir tributo a la memoria de Javier Rojo Gómez.
El discurso oficial estuvo a cargo de Ricardo Santiago Galera Solís, alumno del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios, quien hizo un emotivo repaso de la vida y los logros de este insigne líder.
Durante la conmemoración, el Coro y la Banda de Música del Estado, pertenecientes al Instituto de la Cultura y las Artes (ICA), entonaron con gran solemnidad los himnos de Quintana Roo y de México. Además, se interpretó magistralmente la pieza musical “Marcha Radetzky”, la opus 228 de Johann Strauss.
La banda de guerra y la escolta de la bandera estuvieron compuestas por valientes miembros del Séptimo Regimiento de Caballería Motorizado, perteneciente a la 34 Zona Militar, quienes, con orgullo y solemnidad, izaron la Bandera Nacional Mexicana a toda asta en la plaza cívica, situada frente al majestuoso Palacio de Gobierno.