En una oscura y fatídica instancia en las primeras horas de la madrugada en Cancún, un individuo fue arrancado de la vida en un acto de violencia despiadada. Sin previo aviso, su existencia fue truncada por la lluvia de balas que lo alcanzó, asestando más de ocho impactos congelantes, varios de ellos certeros en su mente. Este siniestro suceso tuvo lugar en los recintos de Villas Otoch Paraíso, un enclave residencial que se vio ensombrecido por este acto trágico.
Los registros oficiales cuentan que este incidente sombrío cobró forma alrededor de las dos de la madrugada, en la vía Bugambilias, la cual yace entre las rutas de Ruta 5 y Leona Vicario, específicamente en la demarcación numerada como manzana 102. Durante este desolado lapso, un miembro de la Policía Municipal se encontraba cumpliendo su deber rutinario, cuando los disparos resonaron en la quietud de la noche.
Este acto de brutalidad provocó un frenesí de actividad en el corazón de la comunidad policial, que se precipitó hacia la escena lúgubre. Allí, en el frío pavimento, se reveló el cuerpo sin vida de un hombre. La edad de la víctima se estima en unos 35 años, su figura vestida con un atuendo gris compuesto por pantalón y playera, mientras que sus pies llevaban unos tenis de tonalidad beige.
Su cuerpo, como un lienzo trágico, exhibía los sombríos rastros de múltiples impactos de bala, repartidos crudamente entre su espalda y su cabeza, poniendo fin a su existencia de manera implacable. Los moradores locales, en medio de una mezcla de conmoción y miedo, aseguraron no haber sido testigos del perpetrador de este acto abominable. Finalmente, el cuerpo fue retirado con reverencia del lugar por los investigadores de la Fiscalía General del Estado, encaminándolo hacia su última parada en el Servicio Médico Forense.