Chetumal, la capital estatal, y la cautivadora Xulha están orquestando una transformación turística que despierta admiración: paquetes integrales “todo incluido” diseñados para abrazar un enfoque alternativo en el turismo. Luis González Flores, el visionario director de Desarrollo Turístico, ha revelado que esta estrategia audaz persigue enriquecer el abanico de experiencias en la región, evadiendo sabiamente el camino trillado del turismo de masas predominante en el norte del territorio.
En un diálogo apasionante, González Flores reveló que la esencia de esta iniciativa reside en enaltecer la oferta turística sin incurrir en el patrón convencional que caracteriza a la región septentrional. Es notable recalcar que en Xulha, un rincón singular, ya están operando con éxito 35 hoteles boutique bajo el formato “todo incluido”, urdiendo una experiencia global que abarca el hospedaje, actividades como el apasionante paddleboard, el transporte y un despliegue culinario exquisito.
“En Chetumal, hemos consolidado diversos oasis de bienestar y estamos inmersos en el proceso de habilitar una diversidad de servicios que encanten a los viajeros y los tienten a prolongar su estancia. El promedio actual es de 1.5 a 1.7 noches”, compartió González Flores, dejando entrever la dinámica y el potencial transformador de la iniciativa.
La génesis de esta propuesta vanguardista está intrínsecamente ligada al principio de desarrollo sostenible, una filosofía que subraya la premisa de que las aglomeraciones turísticas no siempre generan un impacto benéfico en los destinos. González Flores desveló una perspicaz comparativa: en el enfoque tradicional de turismo masivo, apenas cinco dólares de cada cien repercuten en la comunidad local; en cambio, en el paradigma del turismo alternativo, 60 dólares de cada cien contribuyen al florecimiento local.
Esta perspicaz y novedosa estrategia tiene como objetivo destacar las joyas culturales y naturales de la región, promoviendo un turismo genuino y equitativo. Con la aspiración de que este enfoque reverberante no solo inyecte vitalidad en la industria turística, sino también en las comunidades anfitrionas, Chetumal y Xulha se están erigiendo como vanguardia en la reinvención del turismo contemporáneo.