Por segundo trimestre consecutivo, la economía estadounidense ha visto caer su Producto Interno Bruto (PIB).
Debido a la crisis económica mundial derivada de la guerra civil de Ucrania y la hiperinflación, la economía de EE.
UU. perdió un 0,2 por ciento en el segundo trimestre del año, lo que representa una disminución de dos cuartas partes del PIB.
Una recesión oficial ha sido confirmada por datos de la Oficina de Estadísticas Laborales (BEA), que comúnmente se conoce como el “departamento laboral” en el mundo de habla inglesa.
El gobierno estadounidense, por su parte, no cree que el país se encuentre en un escenario de recesión por la solidez de su economía.
Según ejecutivos estadounidenses, el segundo trimestre de 2022 mostrará una contracción de 0,4% en la economía en comparación con el primer trimestre de este año.
Lee también: México no puede evitar una recesión en 2023:Moody’s Analytics
La BEA publicó un estudio el jueves que calcula una tasa de caída anual del 0,9 por ciento, con el aumento de la inflación, los problemas de la cadena de suministro y un aumento en las tasas de interés que contribuyen a esta disminución. El desempleo fue mencionado como un ejemplo por él en su respuesta.
La inversión en bienes raíces (tanto residencial como no residencial) disminuyó, al igual que el gasto del gobierno federal, al igual que las exportaciones internas y el gasto de consumo interno; esto fue compensado en gran medida por la disminución de la inversión privada. Aquí se puede observar el crecimiento de las importaciones, que se descuentan del PIB.
Llevan días sentando las bases ante los esperados malos datos e insistiendo en que hay indicadores económicos suficientes para no considerar que Estados Unidos está entrando en recesión según el Ejecutivo de Joe Biden e instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la reserva Federal.
Jared Bernstein, uno de los asesores económicos de Joe Biden, reiteró este miércoles a Efe que la recesión es una noción que tiene en cuenta numerosos aspectos.
“Los economistas describen una recesión como una caída a largo plazo de la actividad económica”. Bernstein tuvo cuidado de no crear una “imagen demasiado agradable” de la situación al decir que no es necesaria una disminución de dos cuartas partes del PIB.
La Reserva Federal estadounidense (Fed) elevó el tipo de interés oficial en 0,75 puntos por segundo mes consecutivo y no descartó otra subida “inusualmente elevada” en septiembre si la inflación sigue al alza.
No ha sido tan alto desde 1981 que la tasa de inflación en la nación más poblada del mundo ha sido tan alta en junio.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó sus pronósticos el martes, pronosticando que la economía estadounidense crecerá un 2,3 por ciento este año y un 1 por ciento en 2017.
Incluso si la economía estadounidense no entra en recesión este año o en 2023, un “pequeño shock” podría ser suficiente para llevarla allí, según la institución.