Andy Murray sigue cosechando victorias de manera imparable, demostrando su superioridad al vencer al tenista francés Hugo Grenier en dos sets consecutivos (6-3, 7-5) durante su enfrentamiento en la segunda ronda del ATP Challenger 125 de Nottingham. El británico avanzará a los cuartos de final, donde se encontrará con el suizo Dominic Stricker.
En su nueva aparición en Nottingham, Murray busca acumular tiempo de juego en la superficie de césped, con la mira puesta en su objetivo final: Wimbledon. El bicampeón en el All England llegaba con una racha impecable después de conquistar el título en Surbiton y superar al belga Joris De Loore en la primera ronda de este torneo. En esta ocasión, su rival era el francés Hugo Grenier, un tenista familiarizado con este tipo de competiciones y que venía de vencer al jugador local Jan Choinski en su debut.
Murray logra la victoria con solidez El inicio del partido no podría haber sido mejor para Murray, quien quebró el saque de Grenier en el segundo juego y tomó el control del marcador desde el principio. Enfrentándose a un oponente que apostaba por menos intercambios de golpes y más arriesgados, el británico aprovechó los recurrentes errores no forzados de su contrincante. Cada servicio de Grenier era una verdadera prueba, teniendo que salvar numerosas bolas de break, pero esto era precisamente lo que le permitía mantenerse en la contienda. A pesar de ello, Sir Andy demostraba una autoridad imponente para sostener su ventaja, cerrando el primer set con una puntuación de 6-3.
El segundo set comenzó con un mayor número de rallis, algo poco habitual en la superficie de césped, lo que incomodó ligeramente al tenista británico. En el juego 2-1 se vivió un momento peculiar, cuando Grenier logró consolidar su servicio sin problemas, pero las alarmas saltaron al ver a Murray agarrarse la rodilla con gestos evidentes de dolor. Sin embargo, el partido continuó sin que esto afectara el juego de Dunblane. El set se mantuvo parejo, punto a punto, donde un quiebre podía cambiar el rumbo de la historia. Justamente, ese quiebre llegó en un momento crítico durante el undécimo juego, permitiendo al británico situarse con un marcador de 6-5 y sacar para asegurar la victoria. Finalmente, Murray selló su triunfo con un definitivo 7-5.