Cancún.- La reciente fuga de cuatro menores de edad de la Casa de Asistencia Temporal (CAT) del DIF municipal ha puesto de relieve las condiciones preocupantes en las que viven los niños en este tipo de centros.
Tania Ramírez Hernández, directora ejecutiva de la organización Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), destacó en una entrevista que, a pesar de las inversiones y los esfuerzos para cuidar a los menores bajo custodia, persiste una “violencia adultista institucionalizada”.
La experta resaltó que en muchos casos en los que los niños, niñas o adolescentes escapan de albergues o centros de protección, se revelan situaciones de maltrato, como una deficiente calidad de alimentos, malos tratos físicos y abusos.
Esto no es un hecho aislado en Quintana Roo, ya que en 2010, cuatro niños también lograron escapar de las instalaciones del DIF, y en aquella ocasión, se descubrió que existía una celda de castigo en el lugar, según señaló la Comisión de Derechos Humanos.
A pesar de que hay regulaciones legales que establecen condiciones adecuadas para el funcionamiento de estos centros, lamentablemente, no se realiza un monitoreo efectivo para asegurar que dichas condiciones se cumplan en la realidad.
Ramírez Hernández enfatizó que no se trata únicamente del estado físico de estos lugares, sino de la violencia que prevalece en otros niveles, una “violencia adultista” que es preocupante y que resulta aún más inquietante cuando son precisamente las personas a cargo quienes perpetúan malos tratos y disciplina cruel.
La institucionalización se considera como la última opción, ya que lo ideal es que los niños, niñas y adolescentes crezcan en un ambiente familiar.
Por último, la experta hizo un llamado a escuchar activamente las voces de los menores que huyen de estos espacios y a tomar en serio las denuncias de maltrato y abuso, ya que es inaceptable que los lugares destinados a protegerlos sean precisamente donde enfrenten tal contexto.
