Mediante una valiente denuncia ciudadana, se ha dado a conocer un escalofriante caso en Cancún que involucra a una joven víctima de acoso sexual.
En dos ocasiones separadas, el perpetrador ha llevado a cabo actos atroces que dejaron a la víctima sintiéndose extremadamente vulnerable.
El primer episodio ocurrió el 12 de julio, cuando la joven, prefiriendo mantener su identidad en secreto por motivos de seguridad, despertó en medio de la noche para ir al baño. Al regresar a su habitación, notó que su gatita estaba asustada y, para su sorpresa, la cobija ya no estaba en la cama.
Al percatarse de que la ventana estaba entreabierta, decidió asomarse y se encontró con el acosador parado afuera de su hogar, quien había cometido el acto con total impunidad.
Pasaron ocho días hasta que, en la madrugada del 20 de julio, la joven escuchó ruidos perturbadores y, al abrir la ventana, se encontró nuevamente al mismo acosador, esta vez masturbándose frente a ella. Con valentía, la víctima grabó un video de 27 segundos, mostrando al sujeto en una actitud obscena, burlándose y desafiándola descaradamente.
Buscando justicia y protección, la joven presentó una denuncia ante la Fiscalía Especializada para la atención de Delitos contra la Mujer y por Razones de Género en la Región 94 de Cancún.
Sin embargo, la respuesta obtenida fue desalentadora y decepcionante.
La fiscalía, en lugar de tratar los hechos con seriedad como un delito de acoso sexual, simplemente registró la denuncia como un robo, minimizando así la violencia de género que la víctima había experimentado.
Este episodio nuevamente resalta la dolorosa realidad de un sistema de justicia fallido, incapaz de brindar el apoyo y protección adecuados a las víctimas de agresiones sexuales.
