En medio de una maraña burocrática y el incremento exorbitante en los costos de materiales e insumos, la producción de viviendas en Quintana Roo ha sufrido un duro golpe, dejando en suspenso la construcción de al menos 10 mil hogares, principalmente de carácter económico, en el estado. Estas preocupantes cifras fueron reconocidas por Antonio Leonardo Garrido Hurtado, el nuevo líder del sector y presidente de la Canavedi en Quintana Roo.
Durante uno de sus discursos al asumir su cargo, el líder empresarial hizo hincapié en la pesadilla de trámites que enfrenta el sector, con alrededor de 100 procesos administrativos a nivel gubernamental que deben ser superados para dar inicio a un proyecto habitacional. Muchos de estos trámites resultan ser redundantes y hasta triplicados, lo cual conlleva a un desalentador proceso de más de dos años para poder iniciar la construcción de una vivienda.
En términos de costos, Garrido Hurtado subrayó que cerca del 17% del valor total de una vivienda se ve absorbido por impuestos y contribuciones, lo cual encarece sobremanera el producto y aleja la posibilidad de ofrecer viviendas asequibles para atender las necesidades del sector más vulnerable.
La excesiva regulación en el ámbito de la vivienda ha sido un tema recurrente que aqueja al sector, por lo cual se está trabajando arduamente para implementar un programa estatal que simplifique los trámites administrativos y desarrolle herramientas e instrumentos eficaces que faciliten el crecimiento urbano en las ciudades de mayor expansión en el país.
Es importante destacar que los informes del INEGI ponen de manifiesto el crecimiento poblacional sostenido de Quintana Roo, que registra una tasa anual del 4.4%, siendo Cancún y Solidaridad las ciudades que lideran esta tendencia.
Sin embargo, en contraposición a esta realidad demográfica, se observa una alarmante caída del 55% en la producción de viviendas en el estado. Mientras que en 2015 se lograron construir 18,976 hogares, en el año 2022 apenas se alcanzaron las 8,472 unidades habitacionales. Esto implica una alarmante brecha de 10,503 viviendas que dejaron de ser construidas, especialmente en el segmento de vivienda de interés social.
La falta de construcción de este tipo de viviendas crea un escenario propicio para la proliferación de la informalidad y el surgimiento de invasiones y asentamientos irregulares, lo cual representa una amenaza para el desarrollo sostenible de los destinos turísticos en la región.
El líder del sector enfatizó que, con el acuerdo de bienestar y desarrollo por Quintana Roo, existe plena convicción de que se puede revertir esta tendencia y mejorar las condiciones de vivienda de los habitantes. No obstante, resulta fundamental establecer un entorno desregulado y agilizar los trámites administrativos para generar una mayor inversión y atender de manera efectiva las crecientes necesidades de la población.