En una reciente rueda de prensa, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha minimizado el conflicto entre taxistas y conductores de Uber en Cancún, afirmando que la percepción de este problema en los medios de comunicación y las redes sociales es exagerada. Aunque el mandatario reconoció que ha habido incidentes lamentables, como el caso de una turista estadounidense que fue bajada de un vehículo, no explicó cómo este conflicto podría afectar negativamente el turismo en Cancún.
La gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama Espinosa, ha estado atendiendo este problema desde hace varios días y ha asegurado que ya se están analizando las consecuencias y sanciones contra los taxistas que han afectado al turismo y a la legalidad. Además, se está trabajando en materia de reglas de operación, en colaboración con las autoridades federales y los tres órdenes de gobierno, para garantizar el orden en el estado y especialmente en el municipio de Benito Juárez.
En una visita a Quintana Roo, el pasado sábado 21 de enero, AMLO pidió a los taxistas y conductores de Uber que haya “amor y paz” entre ellos, una frase que refleja la gravedad de los conflictos que se viven en toda la República Mexicana. Sin embargo, es importante destacar que el problema entre ambos grupos debe ser abordado de manera seria y con soluciones adecuadas para garantizar la legalidad y evitar el impacto negativo en el turismo y la economía local.